lunes, 21 de enero de 2013

Municipio libre, establecido en México desde enero de 1917

Eduardo Garibay Mares

Prensa Libre


Establecido quedó, desde el 14 de enero de 1917, que en México el municipio es la base de la división territorial, y de la organización ...

Establecido quedó, desde el 14 de enero de 1917, que en México el municipio es la base de la división territorial, y de la organización política-administrativa de los estados de la federación, al aprobar el Congreso ...



Soles y sombras históricas

Municipio libre, establecido en México desde enero de 1917

Eduardo Garibay Mares
Prensa Libre
Página 2
Jacona, Michoacán. Lunes 21 de enero de 2013

Establecido quedó, desde el 14 de enero de 1917, que en México el municipio es la base de la división territorial, y de la organización política-administrativa de los estados de la federación, al aprobar el Congreso Constituyente en la ciudad de Querétaro la reforma del artículo 115 de la Carta Magna, con lo que se implantó y consagró desde entonces el Municipio libre, con Ayuntamiento de elección popular y sin autoridad intermedia entre éste y el gobierno estatal.
Municipio e ideales revolucionarios
Con ello se atendía una de las causas del movimiento político-social que vertebraron la lucha revolucionaria iniciada en 1910, causa que durante y después del porfiriato había sido planteada, como lo ejemplifican los casos: primero, del Plan del Partido Liberal Mexicano, en 1906, que en su propuesta de restablecer el poder municipal y consagrar su libertad, señaló la erradicación de “jefes políticos” y la reorganización de municipios que se habían suprimido; segundo, del Plan de San Luis, en 1910, en el que la pugna de Francisco I. Madero por los derechos ciudadanos se vinculaba a la división de poderes, la soberanía de los estados, y la libertad del Ayuntamiento, con base en el principio de no re-elección de presidente de la República, de gobernadores, y de alcaldes.
Tercero, del Plan de Ayala, en 1911, que fundamentó a Emiliano Zapata para promulgar ese mismo año la Ley general sobre libertades municipales en el estado de Morelos, a fin de reglamentar la autonomía política, económica y administrativa del municipio, y cuarto, del Plan de Guadalupe, en 1916, básico para que la libertad municipal se estableciera como un mandato constitucional, cual ocurrió cuando los Constituyentes de Querétaro legislaron para que el municipio fuese punto de partida para la óptima vida jurídica, económica, política, y social de México, al enunciar en el artículo 115: en la fracción primera, que la base de la organización política y de la administración pública de los estados es el Municipio libre, administrado por un Ayuntamiento de elección popular directa, sin ninguna autoridad intermedia entre el municipio y el gobierno estatal; en la fracción segunda, que los municipios administrarán libremente su hacienda, que recaudarán todo impuesto y que contribuirán al gasto público del estado, en proporción y términos señalados por la legislatura local; y en la fracción tercera, que tendrán personalidad jurídica para todo efecto legal.
Municipio sometido del coloniaje y del México independiente
Mandato constitucional que al entrar en vigor posibilitaría, con acciones administrativas y políticas respaldadas con la cabal realización de elecciones para integrar los ayuntamientos, a fin de erradicar de esta institución las ominosas condiciones por las que luego de lograrse la independencia de México, tras la guerra insurgente iniciada en 1810, el municipio perduraba como la parte más insignificante de la estructura económica y política del país, puesto que quienes determinaban la organización de la municipalidad eran los jefes políticos, que elegían a las autoridades y decidían las actividades locales, sin cumplir tampoco la porfirista Ley general de ingresos municipales, decretada en 1897, ya que para los grupos de poder, tanto los nuevos como los sobrevivientes desde la época del dominio imperial español, que continuaban teniendo de una o de otra forma en sus manos al Estado mexicano, lo vigente respecto a los mandatos de toda ley era el refrán hispano, surgido desde coloniaje, del “Se acata pero no se cumple”, complementado por el muy mexicano dicho del “Aquí nomás mis chicharrones truenan”.
Municipio libre, esperado por los mexicanos
Esto es, que próxima a entrar entonces en vigor la nueva Constitución del país, garante en lo electoral del sufragio efectivo y la no re-elección, la población mayoritaria de México, marginada de bienestar social y en gran parte sumida en la pobreza extrema, a partir de aquellos días ponía de nueva cuenta su esperanza en la utopía legislativa de que en los respectivos ámbitos federal, estatal y municipal de la República mexicana, los tres niveles en el orden jurídico coexistiesen independientes, y sólo subordinados a los postulados Constitucionales, para bien de la gente y de la vida municipal, estatal y nacional.


domingo, 6 de enero de 2013

Eduardo Garibay Mares en Cambio de Michoacán 2004-2012

Revista para América y el mundo, de ciencia, conciencia y libertad
Eduardo Garibay Mares en Cambio de Michoacán 2004-2012



Algunos artículos publicados de 2006 a 2013
Ver nota:


Rescatar Sentimientos de la Nación y Constitución

Eduardo Garibay Mares
Cambio de Michoacán
Domingo 30 de Septiembre de 2012, Morelia
Año XX - Número 6993 - Página 6

Reconocido el Generalísimo José María Morelos y Pavón en la tierra que lo vio nacer el 30 de septiembre de 1765, donde se le recuerda con la tradicional celebración del desfile cívico-militar en Morelia, capital de Michoacán, en este 2012 se está a tiempo de que en los estados de la República y en el Distrito Federal, el Estado mexicano se aplique a la preparación de los respectivos festejos por el doscientos aniversario de la suscripción de los Sentimientos de la Nación, efectuada el 14 de septiembre de 1813, y de la promulgación del primer Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana: la Constitución de Apatzingán, decretada el 22 de octubre de 1814 por el Congreso Constituyente de Anáhuac.
Hijo de Manuel Morelos y Juana Pavón, por su ser y quehacer como generalísimo del ejército independentista mexicano, la ciudad que lo vio nacer honró perennemente su memoria cuando el 12 de septiembre de 1828 el Congreso de Michoacán decretó llamarla Morelia y suprimir para siempre el nombre de Valladolid, que le fue conferido en la derrocada Nueva España del virreinato- De ahí que esta fecha debe ser de magna conmemoración moreliana y michoacana.
Llamado al estado mexicano
Es ante la flagrante desatención al festejo de dichas fechas conmemorativas, por parte de los gobernantes de la federación, de los estados, del Distrito Federal, y de los municipios, así como por senadores y diputados, que el llamado y la propuesta de quien esto escribe es para que los integrantes del Estado mexicano de inmediato se den a la tarea de organizar, con participación de la población, los correspondientes festejos patrios mencionados, que merecen ser celebrados en ámbito nacional en 2013 y 2014, respectivamente.
Sí, porque hay que rememorar por todo lo alto el legado histórico de Morelos, a fin de incidir para que en México se legisle y cumpla a cabalidad lo propuesto en Sentimientos de la Nación al afirmar, por ejemplo: que la soberanía dimana inmediatamente del pueblo, en el punto 5; que la patria no será del todo libre y nuestra mientras no se reforme el gobierno, abatiendo al tiránico, en el 11; que como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte el Congreso deben ser tales que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, para que se aumente el jornal del pobre, se mejoren sus costumbres, y se aleje la ignorancia, la rapiña y el hurto, en el 12; que a cada uno se le guarden las propiedades y se le respete en su casa como en un asilo sagrado, señalando penas a los infractores, en el 17; que no se admita la tortura, en el 18; que se quite la infinidad de tributos e imposiciones que más agobian, y se señale a cada individuo un impuesto que no oprima tanto, ya que basta con la buena administración gubernativa de recursos, en el 22.
Principios filosóficos esenciales de Morelos cuyos puntos torales culminaron con la Constitución de Apatzingán de 1814, donde se establecieron, entre otros, los derechos fundamentales de las personas y de la ciudadanía, en igualdad ante la ley, al proclamar la independencia de México y establecer la República, basada en el principio de la soberanía popular, mediante la organización de un gobierno en tres poderes, donde al radicar la soberanía en el pueblo, a través de sus representantes, se dejó en claro que los legisladores son electos por la ciudadanía, y que no podría existir verdadera soberanía en tanto que no se tuviesen asegurados los derechos fundamentales de propiedad, inviolabilidad de su domicilio, trabajo y educación, para todos y cada uno de los habitantes de la nueva nación independiente.
Corolario
Es evidente que al legislar en ambos documentos normativos la finalidad de las facultades de carácter ejecutivo y administrativo, correspondientes a los integrantes del Estado nacional, el objetivo primigenio se centró en asegurar la protección de las personas y los derechos de libertad, propiedad, igualdad, bienestar, educación, y seguridad, que en mayor o menor grado hoy en día aún se encuentran crecientemente en vilo.
Esto es, que rescatar para México y su gente la conmemoración patria de Sentimientos de la Nación y de la Constitución de Apatzingán, es la tarea a cumplir.




16 Dic 2012 – Morelia, Michoacán.- En la ciudad de Pátzcuaro, Primera Ciudad de Michoacán desde el siglo XVI, la preservación de los documentos ...



Más noticias [ 2012-12-16] Pátzcuaro, Patrimonio Cultural de la Humanidad, un reconocimiento justo.
 
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Portada
Pátzcuaro, Patrimonio Cultural de la Humanidad es una distinción justa
PÁGINAS IV y V


La preservación de los documentos arquitectónicos que forman parte de la historia del México colonial e independiente, es sustento toral para que su Centro Histórico sea reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Pueblo Mágico
Pátzcuaro, Patrimonio Cultural de la Humanidad, un reconocimiento justo

Al ser reconocido su Centro Histórico por la UNESCO, la gente tendría la oportunidad de enriquecer su conocimiento de la vida de esta urbe con la historia vívida de cada sitio

Eduardo Garibay Mares / Morelia
Domingo 16 de Diciembre de 2012 / Cambio de Michoacán
Páginas IV y V




En la ciudad de Pátzcuaro, Primera Ciudad de Michoacán desde el siglo XVI, la preservación de los documentos arquitectónicos que forman parte de la historia del México colonial e independiente, es sustento toral para que su Centro Histórico sea reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), a fin de que la gente tenga oportunidad de enriquecer su conocimiento de la vida de esta urbe con la historia vívida de cada sitio, como la magnificente belleza de las construcciones y el estético y armonioso entorno de esta población michoacana que, asimismo, fue la primera en merecer el reconocimiento de Pueblo Mágico en el año 2002, al obtener tal categoría del programa desarrollado en la República Mexicana por la Secretaría de Turismo federal.
Antecedentes históricos
En Michoacán, Tzintzuntzan, “lugar de colibríes”, fue fundada en 1450 como ciudad administrativa y capital del imperio purépecha, donde se concentraba el poder político y económico de la región cuando, tras la Conquista española, los frailes franciscanos se establecieron ahí hacia 1525, a fin de iniciar la evangelización de Michoacán, a donde en 1533 llegó, oriundo de la Villa de Madrigal de las Altas Torres, en Castilla la Vieja, Vasco de Quiroga, abogado al que el rey Carlos V comisionó como miembro de la Segunda Audiencia, cuando además de imponer orden, administrar justicia y promover mejor trato para los indígenas, difundió la fe cristiana, construyó escuelas, hospitales y enriqueció técnicas, de por sí notables, de las artesanías purépechas, con una bondad y entrega por la que dicho emperador lo designó obispo en 1538.
Quiroga estableció en Tzintzuntzan la primera sede del obispado de Michoacán, que no obstante tuvo que cambiar en 1539 su residencia a Pátzcuaro, “lugar de cimientos para templos”, a donde en 1540 trasladó finalmente el obispado, otorgándole además la categoría de Ciudad de Michoacán, sede idónea para la catedral, el hospital, el colegio, las casas de canónigos y el palacio episcopal, en aras de lograr objetivos del proyecto por él desarrollado, ya que era centro urbano-religioso de la cultura purépecha.
En dicho año, Quiroga fundó el Colegio de San Nicolás Obispo, en recuerdo del obispo de Myra y de Bari, Nicolás, cuyo nombre significa “protector y defensor de los pueblos”, institución educativa eclesiástica que el 1 de mayo de 1543 pasó a ser el Real y Primitivo Colegio de San Nicolás Obispo, al asumir Carlos I de España el patronazgo del plantel, por gestiones de don Vasco.
Para dicho cambio de sede, explícitamente Quiroga objetó de Tzintzuntzan la falta de agua, los cerros próximos que limitaban la luz del Sol y la duración del día, así como el poco espacio llano, necesario para la expansión de una ciudad acorde con los nuevos patrones urbanos, que asimismo debía tener la Iglesia catedral y ser capital de la provincia, en tanto que Pátzcuaro, donde se levantaría la nueva capital civil y eclesiástica, gozaba de una despejada amplitud mayor, con bosques de árboles cercanos que abastecerían de madera a la población y, sobre todo, con agua potable abundante y cristalina que abastecía al interior mismo del poblado.
Vital abasto de agua que igual sustentó su defensa contra la propuesta del virrey Antonio de Mendoza, cuando éste decidió cambiar la sede de la primera Ciudad de Michoacán, para quitarla de Pátzcuaro y llevarla a la Loma de Guayangareo, donde fundó la Nueva Ciudad de Michoacán el 18 de mayo de 1541, argumentando respecto a su ubicación que una de las principales razones era su asentamiento entre el Río Grande y el Río Chiquito, aunque era evidente que respecto a la relevancia basada en el padrón de asentamiento de ciudades coloniales, en las condiciones biofísicas y sobre todo en la localización de fuentes de abasto de agua, dicha sede respondió más a intereses de expansión de la corona hispana, ya que al crear una ciudad de españoles imponía así, en la provincia, un centro de poder peninsular en sitio estratégico, de frontera común de diversas comunidades indígenas y, en el caso que nos ocupa, convenientemente alejado de la sede indígena purépecha de Pátzcuaro, sustento del proyecto quiroguiano.
Quiroga expuso como inconveniente esencial para el cambio de sede de la Ciudad de Michoacán a la Loma de Guayangareo, el problema de abasto de agua para uso doméstico, mayormente en los tiempos de lluvias, “que casi no cesan en la mitad del año y van muy turbios los ríos y no se puede beber si no es a mucha costa y trabajo y a riesgo de la salud y otras incomodidades”. Esto es, problemas de difícil solución en cuanto al abasto, a la turbiedad del agua para consumo humano y uso doméstico, y a las inundaciones por lluvias, que respectivamente atañen a problemas inherentes a las fuentes de suministro, a la salud pública y a los perjuicios que conllevan los fenómenos naturales fuera de control.
Sin descuidar la realización de sus proyectos comunitarios, Quiroga viajó a España, donde consiguió, entre otras cosas, no sólo el Escudo Real de Armas de Pátzcuaro, como Ciudad de Michoacán, el 20 de julio de 1553, sino que tal nueva ciudad fundada por el virrey fuese degradada a la denominación de Pueblo de Guayangareo, el 11 de febrero de 1555, previa Cédula Real que Felipe II firmó el 27 de septiembre de 1552.
Sin embargo, finalmente Felipe II concedió al Pueblo de Guayangareo el título de Ciudad de Valladolid, otorgado en 1576 y cumplido en 1578, en memoria de la española ciudad de Valladolid, lugar de origen del virrey Antonio de Mendoza; acción de la corona española que implicó a trasladar de Pátzcuaro a Valladolid los poderes políticos y eclesiásticos en el año 1580, y a cambiar poco después el Colegio de San Nicolás.
Fue en honor del insurgente e independentista, el Generalísimo José María Morelos y Pavón, nacido en Valladolid el 30 de septiembre de 1765 y muerto en San Cristóbal de Ecatepec el 22 de diciembre de 1815, que el 12 de septiembre de 1828 el Congreso del Estado de Michoacán decretó suprimir para siempre el nombre de Valladolid, dado en el Virreinato a la ciudad capital michoacana, para nombrarla Morelia, por Morelos, en honor de su digno hijo, benemérito de la patria.
Cuna del Colegio de San Nicolás
Fundado en 1540 por don Vasco de Quiroga en Pátzcuaro, y trasladado luego a la nueva Ciudad de Michoacán, el Colegio de San Nicolás Obispo fue preservado en el México independiente, cuando enlazados su nombre y memoria histórica asimismo se estableció en su sede educativa el Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo, secularizado el año 1847 por el gobernador Melchor Ocampo, institución que luego, con base en lo consagrado por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, promulgada el 5 de febrero de 1917, fue sustento para la fundación, el 15 de octubre de 1917, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, institución de educación pública que actualmente cuenta con planteles de enseñanza preparatoria y profesional, e institutos de cultura superior e investigación científica, en Morelia y en otras ciudades de Michoacán.
Etapas distintas de ser y quehacer educativo institucional, que a la luz de los siglos se distinguen desde que don Vasco lo fundó con la eminente finalidad social de forjar profesionales del sacerdocio, con dotes de reformador y de maestro, y con ideas jurídicas y sociales, los que además de desempeñar el papel de médicos, abogados y consejeros, educaban al españoles, mestizos e indios sobre las estrictas reglas de la constitución y naturaleza humanas, y desechar, por inútiles, falsos prejuicios religiosos y raciales, a fin de encauzar la evolución cultural por caminos estrictamente científicos.
Legado histórico a la Nueva Ciudad de Michoacán y a Valladolid, hoy Morelia
Llamado Colegio de San Nicolás Obispo, por el obispo de Myra y de Bari, y luego Colegio de San Nicolás de Hidalgo, en homenaje al cura Miguel Hidalgo y Costilla, Padre de la Patria mexicana quien se educó en sus aulas y luego fue rector de la histórica institución educativa, la cual desde su origen evolucionó vanguardista en pro de la excelencia educativa y del bien común, de acuerdo tanto con las ideas docentes más avanzadas de cada época, como con el cambio en cuanto a los profesionales que se forman, hasta constituir así la base toral de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Cambiado el Real y Primitivo Colegio de San Nicolás Obispo en 1580 de Pátzcuaro a la nueva Ciudad de Michoacán, la institución fundada por el obispo Quiroga prosiguió su avance a la luz de las centurias mediante profundas reformas, como las iniciadas a fines del siglo XVII y proseguidas a principios del siglo XVIII, cuando se incluyeron, entre otras cosas, las asignaturas de filosofía, teología escolástica y moral, además de que por real decreto del 23 de noviembre de 1797 fueron incorporadas las cátedras de derecho civil y derecho canónico. Colegio que fue punta de lanza en el mundo intelectual novohispano, formador de maestros y alumnos nicolaitas que acaudillaron el movimiento insurgente de Independencia como, por ejemplo: Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, José Sixto Verduzco, Ignacio López Rayón y José María Izazaga, motivo por el cual lo clausuró el gobierno virreinal.
Tras consumarse la Independencia de México el 27 de septiembre de 1821, fue hasta el 21 de octubre de 1845 que el Cabildo eclesiástico cedió el patronato del Colegio de San Nicolás Obispo a la Junta Subdirectora de Estudios de Michoacán, base legal que sustentó al gobernador Melchor Ocampo Manzo para proceder a su reapertura, el 17 de enero de 1847, para que el plantel iniciara una nueva y distinta etapa como institución educativa, con el nombre de Primitivo y Nacional Colegio de San Nicolás de Hidalgo, en cuya sede asimismo fue fundada por el gobernador Pascual Ortiz Rubio la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, el 15 de octubre de 1917.
Al escudo del Colegio de San Nicolás de Hidalgo y de la Universidad Michoacana lo constituyen elementos del escudo de armas de la familia Quiroga, legado por don Vasco. Escudo que al fundarse en 1917 la Universidad Michoacana se usó hasta 1919 con la inscripción “Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia”; hasta que en 1921 además de modificarlo e integrarle elementos nuevos, se le inscribió “Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo” en un listón que figura hacia arriba en forma circular, enredado en cada extremo a la parte inferior de sendas antorchas encendidas, la de la ciencia y la de la cultura humanística, entre las que una rama de laurel, cruzada con una olivo, complementan el círculo en la base, cual está constituido hasta hoy en día el escudo nicolaita.
Universidad Michoacana que a partir del 15 de diciembre de 1992 tiene como lema “Cuna de Héroes, Crisol de Pensadores”, pensamiento producto del intelecto del nicolaita Rodolfo Leyva Sosa, en reconocimiento a la histórica institución que hace suyos antecedentes no sólo del plantel educativo que Vasco de Quiroga fundó en el contexto novohispano producto del expansionismo colonial, sustentado igual en la universalidad eclesiástica que en valores universales, sino también del plantel de estudios superiores que Ocampo instituyó en cumplimiento de objetivos republicanos constitucionales, tras la consumación de la independencia del país que puso fin, mediante la lucha insurgente, al arbitrio monárquico.
Corolario
En el camino de acciones que los gobiernos municipal, estatal y federal emprendan para lograr que Pátzcuaro, primer Pueblo Mágico michoacano, sea reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, la tarea gubernativa debe aplicarse y comprometerse para que además de rescatar y preservar en el Centro Histórico de Pátzcuaro los edificios coloniales y de los siglos XIX y XX, el uso que se les dé sea para respectivas actividades educativas, culturales, y artísticas, así como turísticas y gubernativas, en bien de la población.