Agua de uso doméstico y teorías
económicas fallidas
Eduardo
Garibay Mares
Miércoles 15 de abril de 2015
El
servicio de agua para uso doméstico ha cambiado su objetivo de abastecer el
preciado líquido para consumo en todos los hogares, razón de ser del organismo
municipal obligado por ello a cumplir con eficacia y eficiencia el vital
compromiso, el cual se trastoca al convertirse éste en una dependencia
apropiada del usufructo tanto de la inversión que cada persona hace para contar
con una toma de agua en su domicilio, como del cada vez más oneroso pago por el
servicio, ingresos de los que se asignan dispendiosos sueldos los funcionarios
administrativos de niveles superiores, muy por encima desde luego de los
salarios que ahí devengan quienes trabajan en labores técnicas para
funcionamiento y mantenimiento, o de oficina.
Una
situación en torno a la cual tiene que ver la corresponsabilidad de los poderes
fundamentales del Estado mexicano, persona jurídica, abstracta, que la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos reconoce como sujeto de derecho, para el logro de objetivos de
servicio público. Estado que para el alcance de los fines consagrados se vale
de personas físicas que constituyen los órganos de la persona jurídica, como
son: el Poder Legislativo, para decreto de leyes en el Parlamento; el Poder
Judicial, para hacer cumplir la ley a través de la magistratura; y el Poder
Ejecutivo, mediante organismos para la administración pública, a nivel federal
y en cada uno de los 31 estados, con sus municipalidades, y en el Distrito
Federal, con sus delegaciones.
Sin
embargo, revertida la característica del Estado constitucional, sustentado en
la ley que es primordial para la vida nacional, resulta obvio que al
manifestarse en cada vez más gobernantes y autoridades de todos los niveles, la
inclinación a regentar al arbitrio personal, tales individualismos absolutistas
lastran al Estado mexicano e impiden la madurez democrática por la que a la luz
de tres siglos ha luchado el pueblo de México.
Pueblo inversor de capital
social debe ser copartícipe como accionista
Es
el caso que para contar con una toma domiciliaria de agua potable, la persona
financia un porcentaje de la tubería correspondiente no a los metros lineales
del frente de su propiedad, como le ocurre al subvencionar la pavimentación de
la calle, sino a la totalidad de metros cuadrados del terreno y construcción
que posee, como a la par invierte en el costo de tubos de drenaje público,
estructuras de las que el gobierno municipal se apropia y de las que hace
usufructo, sin importar que cada propietario, al invertir en tal empresa, debe
ser copartícipe, como accionista, de los beneficios del capital social.
Municipalidades de hoy, peor
que la quijotesca ínsula de Barataria
Sí,
un pueblo inversor copartícipe como accionista de la municipalidad, que
continúa como un hecho a cumplirse, por el bien común, que ni el Quijote lo
imaginó realizado en sus sueños más justicieros, ni Sancho Panza lo pensó al
ser fugaz gobernador de la ínsula de Barataria, seguro porque en el tiempo de
Miguel de Cervantes no se vivía en un Estado constitucionalista, donde en la
municipalidad los encargados de la administración pública, asignándose salarios
dilapidadores, hubiesen tomado como propia empresa mercantil el abasto de agua
de uso doméstico, al aplicar un sistema similar al de accionistas, y
copropietarios, para estructurar un negocio que sólo a ellos beneficia,
insertos en la persona jurídica, al apropiarse del comercio con la abolición de
derechos de la gente inversora del capital social, siempre excluida de los
grandes negocios, sean gubernamentales o de la iniciativa privada.
Monopolizador Estado
capitalista-socialista que no comparte con el pueblo inversor utilidades
Mal
están las cosas y peor se vislumbran, cuando a conveniencia de respectivas
autoridades de la administración pública, se ejecutan acciones que no atañen
cabalmente a teoría alguna, cual ocurre con la economía capitalista, argüida
por el Estado cuando admite la imposibilidad de desinteresarse totalmente de
los asuntos económicos, y que por ello considera su deber intervenir en todos
los casos en que se vea comprometida la libre competencia en los mercados e
impedir, por ejemplo los monopolios, que sin embargo existen.
Mixtura
y medianía de socialismo y capitalismo, causas de la parcial aplicación de la
teoría económica socialista, cuando al abolirse la propiedad de la inversión de
cada persona en la estructura del bien social, constituyente de las redes de
abasto de agua potable, así como del drenaje y alcantarillado, en la
dependencia municipal, capitalista en la práctica, no sólo no se reparten con
el inversionista las utilidades obtenidas, sino que tal organismo cobra lo que
le viene en gana, e igual incrementa el costo del servicio, sin tomar en cuenta
el parecer de los socios inversores de capital, consumidores a la vez del vital
líquido, puesto que está apropiado de todos estos factores productivos de
ingresos: un arbitrario apoderamiento y usufructo del capital social, agravado
por la impunidad con que se afecta mediante deficiencias del suministro.
Flagrancia de arbitrariedad e incompetencia que implica la certeza de que los
problemas de abasto de agua jamás se resolverán, en tanto la administración
pública y sus funciones se alejen, cada vez más, del respectivo cumplimento a
que el Estado constitucional está obligado.
Democracia ajena al beneficio
de la población mayoritaria
Como
cierto es que el sistema democrático está lejos de beneficiar al pueblo, igual
es verdad que no se requiere ser economista para entender que la
desarticulación de la desaparecida Unión Soviética se debió en gran medida al
fracaso total de la aplicación del sistema de economía socialista o colectivista,
y que hoy en día, principalmente a partir de los últimos meses del año 2014,
las fallas del sistema de economía capitalista o individualista, tienen en vilo
a los Estados Unidos y a los demás países.
Por
eso, porque está mal y de malas la cuestión económica mundial, además de urgir
una democrática revisión y correcta adaptación y aplicación de las teorías
económicas, en México es vital encauzar al Estado constitucionalista en todos
poderes y niveles de gobierno y administración pública, pues aunque la razón
legal le asiste a la población mexicana, en la República prevalece la sinrazón
del acomodo arbitrario de teorías económicas, siempre en detrimento de la
población mayoritaria.
Población inversora, excluida
en reparto de utilidades y abusada en cobros de servicio
Esto
es, que no obstante ser inversora en la estructura para el domiciliario
suministro de agua, al ser abolido su derecho como asociada por su aporte de
capital, la población mexicana no sólo es víctima de cobros excesivos, por
parte de autoridades municipales y con reconocimiento y aprobación de
respectivos podres legislativos, sino que anualmente es abusivamente sometida a
incrementos arbitrarios al costo del servicio, determinados unilateralmente por
parte de entes de la administración pública, desligados de su obligación de
servirla, que a la vez son causantes del deficiente abasto de agua en los
hogares, así como de la falta de obras de drenaje y alcantarillado,
indispensables tanto para la salubridad de su vida cotidiana, como para impedir
que sus casas se inunden o sean arrasadas, año con año, por turbulentas
corrientes de agua de lluvias torrenciales, que asimismo conllevan desbordadas
aguas de desecho tanto habitacional, como industrial, aspecto en cuanto a
desechos que por sus dañinas secuelas al medio ambiente nacional y mundial,
merecen ser objeto de especializados estudios y propuestas.
La
tarea a cumplir por parte del Estado mexicano es que la población inversora en
el sistema para el servicio de agua de uso doméstico sea incluida en reparto de
utilidades y deje de ser abusada en cobros excesivos por el servicio
domiciliario.
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