José Garibay Romero, luchador de la
razón y la justicia social
Enmarcado
por la Historia
de Michoacán y de México en su 50 Aniversario Luctuoso
Eduardo Garibay Mares
Hijo de Francisca Romero Navarro y de Camilo Garibay Ríos, José Garibay Romero nació en Chavinda, Michoacán, el 10 de mayo de 1908, y fue bautizado el siguiente día 11, aunque en el registro civil figura como nacido el 23 de agosto. El 15 de junio de 1964 murió a los 56 años de edad, en Morelia, ciudad capital de la entidad michoacana.
Luchador de la razón y la justicia
social, el michoacano José Garibay
Romero es parte de la historia de Michoacán y de México, como lo documentan,
por ejemplo, las obras del profesor Jesús Múgica Martínez, del doctor Raúl
Arreola Cortés, del doctor Enrique Guerra Manzo, y del historiador Gabriel
Hernández Soria; así como el hecho de que su espíritu sencillo y la grandeza de
su ser viven en la memoria y en el corazón de quienes lo conocieron y de su
gente.
En
la consolidación y creación de organizaciones michoacanas y nacionales
Fue en agosto de 1938, en el Congreso
de Unificación Campesina realizado en el Teatro Ocampo de Morelia, que José
Garibay Romero efectuó, como Secretario General, la transición para que la Confederación
Revolucionaria Michoacana del Trabajo, CRMDT, diera origen a la Liga de Comunidades Agrarias
y Sindicatos Campesinos en Michoacán, y así coparticipar en la creación de la Confederación Nacional
Campesina, CNC, el día 28 del mismo mes en el Teatro Hidalgo de la Ciudad de México, cual
documentó el profesor Jesús Múgica Martínez, en su libro La Confederación Revolucionaria Michoacana del Trabajo.
De igual forma, el nicolaita Raúl
Arreola Cortés, ex rector de la Universidad Michoacana
de San Nicolás de Hidalgo, UMSNH, en su investigación Algunas notas para la historia del movimiento obrero en Michoacán,
dio fe, como testigo que fue de los hechos y como historiador documentado, de
la entereza de Garibay Romero, quien en abril de 1937 fue electo secretario
general de la CRMDT ,
institución fundada en 1929 por el General Lázaro Cárdenas del Río, para
integrar a comunidades indígenas, campesinos, trabajadores de talleres y
fábricas, y a profesores, a fin de proteger sus vidas y defender las relativas
conquistas logradas, esto es, que la organización formaba parte del proyecto de
nación cardenista, mismo cuya
continuidad se vio rota entonces en Michoacán, dado que el gobernador Gildardo
Magaña auspició la desintegración de la CRMDT , previa alianza y maniobras para atraerse
una facción de aquella organización, y para ello contó con el apoyo de algunos
líderes, lo cual coadyuvó al gobernante en su combate tanto contra la
confederación como en contra de Garibay Romero, en un contexto que el doctor
Arreola documentó al escribir textualmente: “Los militantes que permanecimos
fieles a la
Confederación fuimos perseguidos y encarcelados, y el último
Comité Ejecutivo durante más de un año tuvo numerosos enfrentamientos con el
gobierno… Muchos seguimos trabajando con este comité, en tanto se fortalecían
con el apoyo de Magaña los grupos favorables a su gobierno”.
Una etapa en la trayectoria de lucha
social de Garibay Romero, de la que también trata Enrique Guerra Manzo, de la Universidad Autónoma
Metropolitana Xochimilco, en su obra Poder
regional y mediación política en el Bajío zamorano, 1936-1940, al
investigar acerca de la forma de ascenso del agrarismo, en la segunda década
del siglo XX, así como sus puntos culminantes y tendencias en los años 30, con
relación a la reforma agraria que el presidente Cárdenas efectuó sustentado en
su plan sexenal de gobierno 1934-1940.
Por eso fue que siendo su objetivo
corroborar causas de arribo y permanencia en el poder regional de Juan
Gutiérrez Flores, personaje central de su investigación, Guerra demostró que la
ruptura del gobierno michoacano con la política cardenista se dio tras el
reparto de tierras de las haciendas del Bajío zamorano, conforme demandaban
desde 1924 campesinos lugareños, el cual efectuó Cárdenas el 24 de junio de
1936, tiempos en que Gutiérrez acrecentó su poder regional, al cobijo,
paradójicamente, de su alianza con el gobernador Magaña, puesto que así
aprovechó: primero, la política cardenista y la adhesión solidaria de
agraristas a la
Confederación , que en 1937 encabezaba Garibay Romero, a quien
Magaña tomó como su enemigo por considerar que no lo había apoyado en su
candidatura al gobierno de Michoacán, al que accedió de 1936 a 1939; y segundo, su
mando sobre el campesinado de Zamora, que le facilitó incidir al interior de la Confederación y
fortalecer su alianza con el gobernador, más aún cuando se delimitó la facción
de Pablo Rangel Reyes, desde su cargo de Secretario de Comunidades Agrarias
dentro de la CRMDT ,
quien también estaba relacionado con Magaña.
Así las
cosas, detectadas por Guerra las interacciones de Gutiérrez, del gobernador y
de Rangel, en el proceso faccioso igual demuestra la tendencia retrógrada
inserta en el sindicalismo agrarista michoacano, tras ocurrir el referido
reparto agrario, puesto que tal segregación conllevó al estallido de conflictos
entre confederados, como los ataques de comisariados ejidales, en distintas
comunidades, contra ligas femeniles y antialcohólicas locales, que en pro de la
familia lucharon por lograr niveles superiores de bienestar y por liberar a los
hombres del alcoholismo, confrontaciones que ejemplifica el caso de la
PORTADA
PIE de FOTO 1:
José Garibay
Romero. 1946. FOTO / Archivo Histórico
José Garibay Romero, AHJGR.
PIE de FOTO 2:
Al centro, José
Garibay Romero, Secretario General de la Confederación
Revolucionaria Michoacana del Trabajo, CRMDT, en 1937-1938,
con sus compañeros secretarios en el comité confederal. FOTO / AHJGR.
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